lunes, 22 de noviembre de 2010

LA VUELTA CICLISTICA.

Una vuelta ciclística es un evento internacional
que todo mundo comenta, algo sensacional.
El país anfitrión se prepara con anticipación:

policías en sus motos, periodistas tomando fotos.
Los equipos formados por ciclistas, atletas que en la bici son especialistas.
Todo mundo entusiasmado, la radio, la televisión.
Cada año el evento tiene una canción.

Alusivas al evento, usted vera cachuchas,
camisetas, llaveros y hasta finas piscuchas,
La prensa lo califica, como el evento del año
que ocasiona un gran revuelo, sin causar ningún daño.


En el hotel donde están las delegaciones.
Hay mucho ambiente e idiomas a montones.
Italianos, franceses, colombianos y escoceses.
Ahí están los de España, Inglaterra y Turquía, mire usted que maravilla.
Bielorrusos con Alemanes platicando en ademanes,
mientras los mejicanos como siempre, buscando comida: salchichas con panes.
Habitaciones lindas, habitaciones bellas, son hoteles cinco estrellas.

Veía usted las bicicletas, pintaditas bien coquetas.
Y ni hablar los uniformes, los ciclistas muy conformes.
Cada cual hablando como puede, es muy fácil usted se enrede.
Hablando el gringo de Frank Sinatra, la servidumbre decía: "esta pidiendo una bata"


Ya en ruta, en competencia, la gente llega con más afluencia.
El paso del pelotón acelerado, todo mundo serio bien concentrado.
La lucha encarnizada en cada pedalada, crujir de dientes, cara estrujada.
Al espectador: se le paraba el pelo.
Las nubes chocaban haya en el cielo,
como diciendo stop al rudo duelo.
La naturaleza entera se conmovía, al ser testigo de lo que veía,
pues cada atleta se exigía, lo que su cuerpo ya no podía.

Periodistas afamados, se encontraban apostados,
arrodillados, sentados y uno que otro acostado,
queriendo tomar la foto, "que se apure el señor de la moto".
El de la AP se encontraba agachado, mientras su colega estaba parado.
¡Hey señor el de haya abajo! Que acaso su trabajo es para la DEA.
No, para la comunidad trabajo, la comunidad europea.


Ya en competencia, la pelea va bien fuerte, cuando el pelotón sube la pendiente,
la nación entera esta consiente, diputados maquinistas y hasta el mismo presidente.

Enfermeras, albañiles preguntan quien ha ganado,
peluqueros, alfareros, el crimen organizado,
en los almacenes compradores y empleados,
dentistas, cachiporritas, todos encantados.
Prestamistas, zapateros todos bien informados.
Artistas, payasos, un alguacil, así como las chicas de la vida fácil.
Había también profesores y algunos que estaban vestidos y no precisamente de señores.

Cada quien tenia su apreciación
de acuerdo a lo que hacia, su ocupación.
Los militares comentaban la vuelta completa,
como la guerra que se gana con cañón y escopeta.
Cada día de lucha era una batalla, que había que ganar sin ninguna falla.
A cada equipo lo dirige un capitán,
y el equipo obedece, las ordenes que le dan.
si el enemigo se escapaba, se debía perseguir y mantenerlo a raya
y para poderlo conseguir se hacia disparándole toda la metralla.

Ahí se encontraba La Marina, o la Fuerza Naval,
que a los muchachos aprobaban, les daban el aval.
Cuando el ciclista corría fuerte y cambiaba de piñón,
decían que en cada pierna llevaba la fuerza de un cañón.
Cuando alguien se quedaba, porque su llanta pinchaba,
decían: ese es un barco que se hundía que naufragaba.
Cuando en la tele salía, que llegaban a la cuesta alta
ellos también sonreían, le llamaban marea alta.
Cuando los ciclistas corren, lo hacen bien agrupados
contando hasta cien ciclistas, cuidadosamente apiñados.
La marina comenta que se mueven como una boa,
los de atrás son la popa y los de adelante la proa.
Los que van a los lados, "hágame el favor"
los mencionan sonrientes como babor y estribor.
Las amas de casa, cada una en su casa,
siguiendo la transmisión, por la radio y la televisión,
atrasaban mucho sus quehaceres y dejaban aventados sus deberes,
era mucha la atención, al no despegarse de la tal televisión.
Ellas lo comentaban como la telenovela, la niña Carmen, Juanita y doña Estela.
Para ellas el ganador era el galán y el contrincante el rufián.
La etapa que se corría día con día,
la comentaban como capítulo, el siguiente día.
Al final decían, solo es uno el que se caza con la corona,
es el que con sus brazos levanta la copa, una orejona.

Los médicos, lo comentaban como una enfermedad,
que había que curar a la mayor brevedad.
El luchar de cada etapa era un dolor de cabeza
que necesitaba remedio, mire usted que rareza.
Si alguien había pinchado y se quedaba cortado,
lo veían como amputado, caso desesperado.
Si había un equipo fuerte y valiente
que levantaba su frente, imponente.
Aunque ese equipo no fuese de aquí,
decías ese trabajo es fino, hecho con bisturí.


Los veterinarios, veían aquella batalla campal,
tan feroz y aguerrida como el reino animal.
Que bonita la señal, que en la tele se agarra.
Como los muchachos luchan, como sacan la garra
que fiera la pelea, como leones enjaulados,
los de la punta, los de en medio, los que vienen tirados.

Los comerciantes, decían: Los de la punta van haciendo buen negocio,
a sus compañeros de equipo les llamaban como socio.
Ganar la competencia le llamaban ganancia neta
no importando el equipo decían: eso se respeta.
Si veían a alguien en la cuesta fuerte y a todo dar,
decían este fulano tiene pisto, para poder comprar.
Y si alguien desfallecido abandonaba la competencia
lo tildaban de banca rota, por incompetencia.


Los cocineros, comentaban al hablar de la escapada
que esa merienda ya estaba lista y cocinada,
pues a los que van en punta, no los detiene nada,
mire que marranada, que fácil se ve, como comer ensalada.
Ganar una etapa es una joya preciada,
como tener una mesa con comida rica, bien preparada.


Los mecánicos, tildaban al ganador, como todo un señor,
que les había ganado sin calentarse el radiador,
hablando de los que escalaban, son los que tienen mas fuerza,
sus corazones trabajaban, con tantos caballos de fuerza,
y así como usted los veía, llevaban limpia la bujía,
Que sus cuerpos estaban formados, que barbaridad,
con piezas de carros FERRARI, pura calidad.
De los de la cola decían, de los que vienen más atrás,
necesitan un ajuste, pues ya no pueden más.
En mi tiempo comentaba, uno de pelo rizo,
eran bicicletas sencillas, les llamaban palanca al piso.


Los comediantes, decían esos ganaron muertos de la risa
como quien se compra y se come una pizza.
Los que vienen atrás recibieron una paliza,
quien los manda a competir, mire usted que golpiza.
Cuando van bien cansados pedalean bien chistosos
y nunca de los carros se agarran, pues no son tramposos.
Los pilotos, comentaban: que los ciclistas van en pleno vuelo
pues algunos iban tan rápido se les levantaba el pelo.
Algunos de ellos, habrán tomado gasolina de avión,
comentaban al verles, el impulso, el envión.
Decían: esos de la punta van cómodos en primera clase.
Y los de la cola, los de bien atrás, con el equipaje.
Cuando se acercaban a la meta, era el fin del viaje,
decían que se acomodaban, bajando el tren de aterrizaje.


La multitud se aglomeraba y todo mundo gritaba,
al ver al grupo de punta que veloz pasaba y que a los demás aventajaba.
La emoción llego a su máxima expresión,
cuando en vivo y por televisión, coronaban al campeón.
La Vuelta axial llegaba a su culminación,
alegrando a un pueblo, al llenarlo de ilusión.



MIGUEL ANGEL GUERRERO.
(FIN DE LA PRIMERA TEMPORADA)

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